Para gestionar
los asuntos relativos a la trashumancia y a la defensa de los intereses
pastoriles y comerciales
de los propietarios
surgió una organización: La Mesta.
El origen del
nombre se desconoce; pero se da como probable que proceda de la palabra árabe
"mechita",
empleada por los nómadas
de Argelia para indicar los campamentos invernales del ganado.
Lo cierto es que
durante la primera mitad de la Edad Media se generalizó en Castilla la costumbre
de reunir
asambleas de pastores y
propietarios en diversas localidades, dos o tres veces al año, con el fin de
aplicar
clausulas del fuero local
pertinentes a la industria ganadera y especialmente, para asignar los
animales
descarriados (denominados
mastrencos o mesteños) a sus propietarios legales.
Estas asambleas
o concejos se llamaban mestas, y si bien parece que algo similar ya existía en
la época de la
dominación visigótica, el
nombre no se aplicó hasta el siglo XII.
Toda persona
interesada en esta industria era requerida para asistir a las asambleas, de
manera que se
reunían cientos de
personas, y en los centros importantes, por miles.
Los asuntos
tratados en estas mestas locales eran todos los pertinentes a la industria
pastoril, tales como la
contratación de pastores,
o las características de los hierros, cuyas alteraciones eran severamente
castigadas.
Hay que indicar que en un
principio estas mestas tenían muy poca relación con la trashumancia.
Su misión de
asignar ovejas descarriadas se refería a una localidad y su comarca, y afectaban
a todo el
ganado, estante o
trashumante.
La ciudad más
importante en este tipo de organizaciones fue Soria, cuyos pastores fueron los
fundadores y
promotores de la Mesta
Nacional.
Esta surgió en
el S.XIII, en el año 1.273, en que Alfonso X el Sabio reunió a todos los
pastores de Castilla en
una asociación nacional
que dominó "El Honrado Consejo de la Mesta de Pastores", a la cual otorgó carta
de
privilegio
Para su
organización se tuvieron en cuenta las ordenanzas de las Mestas locales, y
varios de los rasgos principales de estas agrupaciones se incorporaron a la
asociación nacional, la cual, aprovechándose de la coincidencia de nombre fue
poco a poco absorbiendo funciones de las Mestas locales.
La organización
interna de la Mesta constaba de tres elementos: los miembros, las asambleas y
los funcionarios.
Los miembros
eran los propietarios de ganado trashumante, y hay que destacar que la mayoría
del ganado estaba en manos de mediados y pequeños propietarios, muchos de los
cuales eran pastores de sus propios rebaños.
Las reuniones de
los miembros, es decir, el pleno del Consejo se reunía, al principio tres veces
al año, y se redujeron a dos a partir del comienzo del S.XVI.
Estas dos juntas tenían lugar
una en los pastizales del sur, en los meses de enero o febrero, y otra en el
norte, en los meses de septiembre u octubre.
En el Sur: Villanueva de la Serena, Don Benito, Guadalupe, etc.
Las ciudades en
que se celebran las reuniones eran:
En el Sur: Villanueva de la Serena, Don Benito, Guadalupe, etc.
En el Norte:
Ayllón, Riaza, Medina del Campo, etc.
Estas asambleas,
de unos 20 días de duración, solían tener lugar en una Iglesia, aunque también
se celebraron a campo abierto. El número de asistentes solía se de 200 a 300
hermanos de la Mesta, número que venía a representar la décima parte de los
ganaderos que tenían derecho a asistir.
Los miembros
estaban agrupados en cuadrillas o cabañas, que eran cuatro: Soria, Segovia,
Cuenca y León.
Estas se reunían por separado y
tomaban sus decisiones sobre los asuntos a tratar en las reuniones plenarias, en
las que exponían sus acuerdos por medio del jefe de cuadrilla.
En cuanto a los funcionarios, la Mesta contaba con un nutrido número, que se distribuía en los siguientes grupos principales:
En cuanto a los funcionarios, la Mesta contaba con un nutrido número, que se distribuía en los siguientes grupos principales:
- Presidente.
-
Procurador.
- Contadores y
receptores.
- Alcaldes.
El cargo más
importante era el de presidente, que al principio fue vitalicio y posteriormente
se designaba para un periodo de dos años y recaía en el miembro más antiguo del
Consejo de Castilla.
Existían tres clases de procuradores, los
procuradores de la Corte o de Chancillería, que se encargaban de la defensa de
los ganaderos ante los tribunales de justicia, los procuradores de puertos, que
vigilaban para que los recaudadores no cobrasen impuestos injustos en los
puertos, y asignaban a cada propietario su aportación a sostenimiento de la
Mesta; y los procuradores de dehesas, que representaban a los ganaderos en los
arriendos de pastos a los grandes terratenientes.
La
administración de la Mesta se realizaba por el cuerpo de contadores y
receptores. Las cuentas que estos elaboraban eran revisadas por el
presidente.
Los alcaldes de cuadrilla o
alcalde de Mesta eran los funcionarios más importantes. Se elegían dos o más
cuadrillas, por un periodo de 4 años. Solían ser personas experimentadas y de
intachable reputación. Su misión principal era la guarda custodia y
administración de las reses mesteñas o descamadas. Además les estaba confiando
el cumplimiento general de las leyes de la Mesta.
Otro elemento
importante en la organización mesteña era el pastor. Su vida no era dura ni
sujeta a privaciones. Tanto ellos, como sus familias, que a veces le acompañaba
en el viaje, gozaban de firme protección oficial, de forma que a veces la Corona
o las ciudades nombraban guardas especiales para asegurar su protección y la de
sus rebaños durante la marcha.
Sus deberes y
obligaciones estaban cuidadosamente reglamentados; a pesar de lo cual existían
pugnas constantes entre ellos y la gente del campo e incluso con los propios
ganaderos. Entre sus prerrogativas estaba la exención del servicio de armas.
La Mesta como
organización no disponía de rebaños propios. Sus abundantes gastos eran
sufragados con los ingresos provenientes de aportaciones de los miembros de las
multas y de la venta de reses mostrencas.
Información: Blog Ilustrados Europeos
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